El Poder que Vence al Mundo

Es normal que cuando se es niño o adolescente, se tenga incertidumbre y expectativa de lo que será nuestra vida en el futuro, ¿Qué profesión tendré? ¿Con quién me casaré? ¿Dónde viviré? Son algunas de las muchas preguntas que inundan nuestras mentes a temprana edad y es completamente normal que se dé este interrogatorio interno, debido a la falta de experiencia. Ahora, las personas proyectan su vida de acuerdo con el entorno en el que se van desarrollando. Este entorno está compuesto por diferentes esferas: familiar, social, política, natural, cultural, económica, espiritual etc.  Desafortunadamente, en muchas ocasiones este entorno no es el mejor y afecta no sólo la expectativa de vida, sino también el comportamiento de quienes viven en él.

Muchos de los malos hábitos y conductas con que las personas llegan a la edad adulta, los adquirieron del entorno en el que estuvieron en su infancia y adolescencia. Es probable que una persona maltrate a su pareja o a sus hijos si vivió una situación similar en su infancia o que se incurra en el alcoholismo si tuvo en casa una madre o padre alcohólico. Pero lo realmente importante no está en el hábito o la conducta, sino en cómo una persona persuadida por su entorno la adquiere.

Se han realizado diferentes estudios con los que han intentado encontrar las principales razones que impulsan a los jóvenes a experimentar con drogas y alcohol, uno de ellos lo encontramos en https://drugfree.org/parent-blog/las-8-razones-principales-por-las-cuales-los-adolescentes-experimentan-con-drogas-y-alcohol/. Los resultados muestran que son varias las razones, entre ellas la falta de confianza, la gratificación instantánea, por rebeldía,  por aburrimiento, como escape y automedicación, por lo que se transmite a través de los medios de comunicación populares y finalmente por presiones de otras personas. Según el resultado del estudio, estas dos últimas causas son las más usuales para que los jóvenes accedan a experimentar con estos agentes perjudiciales y de esto se puede observar que resultan ser agentes externos los que más estarían influenciándolos a iniciarse en estos caminos.

Desafortunadamente, debido al mal entorno en el que actualmente nos encontramos, estamos constantemente expuestos a agentes que pueden llegar a desviarnos drásticamente de alcanzar nuestro propósito en la vida. Pero entonces, ¿cómo podemos evitar que los agentes externos nos desvíen del buen camino? En este mundo no estamos solos. La palabra de Dios es medicina preventiva para todo aquel que desea seguirla y ella declara que un joven puede guardar su camino si decide guardar y obedecer la palabra de Dios (Salmos 119:9). El Señor en su palabra, previendo que nuestro entorno nos desviaría de nuestro propósito, ha depositado una serie de consejos, que al seguirlos, podremos permanecer en medio de una sociedad cada vez más degradada como la nuestra.

  • “Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo” (Jeremías 29:11 DHH). Lo primero que se debe considerar  es que Dios promete un futuro de bendición; si en este momento no lo estás viviendo, te invito a creer en el cumplimento de esta palabra. ¡Acércate al Señor!
  • “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra” (Efesio 6:2-4 RVR). Nuestras primeras autoridades en la tierra, nuestros padres, siempre van a desear lo mejor para nosotros, por eso obedecerlos no sólo nos da orientación, sino que nos asegura bendición de parte de Dios para nuestra vida y según esta palabra, si les honramos siempre nos irá bien.
  • “Se dice: «Uno es libre de hacer lo que quiera» Es cierto, pero no todo conviene. Sí, uno es libre de hacer lo que quiera, pero no todo edifica (1 Corintios 10:23). Todo ser humano está facultado con un libre albedrío, es decir, todos tenemos la capacidad de elegir, pero también estamos facultados con una conciencia que nos enseña qué es lo bueno y qué es lo malo para nuestra vida. 
  • “Atiende bien, hijo mío y aprende; procura seguir el buen camino.  No te juntes con los borrachos ni con los que comen demasiado, pues los borrachos y los glotones acaban en la ruina y los perezosos se visten de harapos”  (Proverbios 23: 19-22 DHH). El Señor nos está diciendo: ¡Joven! Revisa tus amistades, mira con quién andas, pues todo lo que nos rodea nos va a influenciar.
  • “Tú, Soberano Señor, has sido mi esperanza; en ti he confiado desde mi juventud”. (Salmo 71:5 NVI) Permite que Dios sea parte de tu historia, involucra siempre a Dios en todo lo que emprendas y confía en Él.

Es evidente que nuestra vida no sólo se basa en estos pocos pasajes bíblicos, es por ello que debemos procurar llevar una vida en la que permanezcamos conectados con Dios todo el tiempo, para que sea Él quien nos guíe y nos permita identificar qué factores nos podrían o no estar desviando de nuestro propósito. La palabra de Dios declara que en el mundo tendríamos aflicción, pero Jesús nos recuerda que Él ya lo ha vencido, así que siempre que pongamos nuestra vida en las manos de Jesús, sabemos que aunque lleguemos a pasar un momento de debilidad podemos acudir a Él y en Él hallaremos dirección.

Autor: Catalina Peña

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